Botas de agua


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Información para elegir tus botas de agua

Las botas de agua son un complemento necesario para el uniforme de muchos trabajadores. No todas las bota de agua de uso común no cumplen con las características y requisitos que deben contar los empleados para trabajar. Por ejemplo, las botas de agua de seguridad, tienen que aportar agarre desde su suela hasta la forma en la que sujetan el pie. Pero, además, deben ser capaces de recibir impactos sin que estos lleguen a los dedos, para evitar que se dañen o magullen.

Botas de agua. ¿para qué uso?

Las botas de senderismo suelen ser calzados especiales para caminar. Tienen bastante dibujo en las suelas para agarrar bien el pie al terreno. Además, suelen contar con una capa amplia de aire o amortiguación para que la pisada se haga de forma más suave y las articulaciones no se vean dañadas.

Sin embargo, no son botas forestales para trabajar. Aunque sí pueden contar con materiales resistentes al agua, no están pensadas para recibir impactos, caídas de materiales pesados, etc.

Por esta razón, una bota de campo para la actividad laboral va mucho más allá de una simple bota de montaña. No solo aporta amortiguación, comodidad, respiración y protección contra la lluvia, sino que además protege al propio pie. Esto puede hacer que el calzado parezca más duro. Sin embargo, en cuanto el pie se acostumbre, se convertirá en un calzado cómodo que, además, puede ser complementado con otras protecciones y almohadillados, como plantillas y materiales blandos para cubrir por dentro los refuerzos, entre otros.

¿Cuáles son las características más esenciales de las botas de agua de seguridad?

El calzado de agua de seguridad tiene que cumplir con las características de impermeabilidad que sean necesarias. Esto, en un entorno laboral, es básico. Además, cuanto más uso se haga del calzado, más impermeable ha de ser, debido a que se va a usar en invierno y en verano. El agua no se puede filtrar al pie porque entonces se humedecería, provocaría daños cutáneos y podría suponer un peligro para la salud (ampollas, roces, hongos, catarros...). A la vez, tienen que ser unas botas cómodas.

Para fijarse en la comodidad de las botas para trabajar con resistencia al agua es importante focalizar la atención en dos zonas: la puntera y toda la plantilla del pie. La puntera con refuerzo es la que permite que el pie esté seguro dentro del calzado de trabajo. Esto protege de caídas de objetos pesados y de cualquier material que, de no tener una bota con refuerzo, pudiese aplastar los dedos del trabajador. Es especialmente útil en fábricas, cintas de montaje, talleres y en trabajos agrarios, tanto de ganadería como de campo.

En cuanto a las plantillas, han de aportar una comodidad extra al trabajador. Normalmente, se integran plantillas de seguridad dentro de la propia bota de campo. Sin embargo, se pueden superponer otras que hagan que el calzado resulte más cómodo. Esto no va en detrimento de la seguridad de la bota, pero sí ayuda a que el trabajador permanezca cómodo durante más tiempo, sin sufrir daños cutáneos ni dolores de espalda.

¿Cómo debe elegirse una bota de agua para el trabajo?

Como las botas de seguridad suelen ser duras, unas plantillas de gel funcionan normalmente bien. En la actualidad, se puede elegir entre muchas gamas. Lo que hay que valorar cuando se escogen unas u otras es que el pie no se comprima.

Hay que tener en cuenta que no es lo mismo probar la bota un momento que llevar muchas horas trabajando con ella. El pie, al cabo de un tiempo, sobre todo si hay actividad física de por medio, acaba hinchado. Por lo tanto, ocupa más que cuando se calza la bota de seguridad. Esto quiere decir que se necesita una bota ancha, cómoda y tal vez con un número superior al habitual.

Cuando se solicita una bota de trabajo como parte del uniforme, también se debe tener en cuenta la talla de pie que se usa y la época del año en la que se trabaja. Un pie se hincha más en verano que en invierno, a causa del calor. Sin embargo, en invierno el pie necesita más abrigo, por lo que se vestirán calcetines más gordos. Por todas estas razones, lo ideal es escoger un calzado para trabajar que se haya probado con un calcetín grueso.

Preferiblemente, el calcetín debe ser de caña alta. Este requisito se debe a que el calzado de seguridad puede ser tipo botín, tipo bota o tipo tenis. Cuanto más bajo sea, menos protección tiene para el tobillo. Por lo tanto, la altura podría suponer un problema para la piel si se usa sin una protección textil extra.

El roce del calcetín puede causar molestias en la parte trasera de la pierna. Dichas molestias desaparecen a lo largo del uso, pero es importante tenerlas en cuenta en las primeras puestas y, sobre todo, al probar el calzado de trabajo.

Las botas forestales

Cuando se compra una bota forestal, conviene coger más talla de la habitual, preparar el pie para que la bota se use con ropa interior de invierno y proteger de los roces. Asimismo, si se va a trabajar caminando por terrenos irregulares, como puede ser el bosque, es recomendable el uso de botas de seguridad impermeables.

¿Cuáles son los modelos más recomendables para los diferentes trabajos?

Por norma general, los uniformes de trabajo tienen colores neutros. Es difícil encontrar una bota para trabajos en el bosque de colores llamativos. Lo que importa en un calzado seguro para trabajar es que sea funcional, que permita un trabajo eficiente y que sea cómodo. Por eso, los colores más habituales son el negro, el marrón, el blanco roto o el beis.

En cuanto a los materiales, suelen ser caucho, goma, PVC o poliuretano. Todos ellos llevan sistemas de refuerzo y pueden contener otros componentes contra el agua.

En conclusión, unas botas de campo que se usen para trabajar tienen que ser cómodas de llevar a largo plazo.