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La seguridad en el lugar de trabajo depende de una amplia gama de variables que son diferentes en función de los diversos trabajos que las personas tienen que hacer. El uso de zapatos de trabajo adecuados pueden contribuir a la seguridad general de las personas en el entorno laboral.
Según estadísticas realizadas por entidades profesionales, se ha registrado que aproximadamente el 75 % de las personas sufren de dolor en el pie debido al uso de zapatos de trabajo que no les quedan bien. Muchas de las lesiones diarias en los pies están relacionadas con la mala elección de un calzado laboral.
Puede que no sea lo más fácil encontrar los zapatos adecuados para el trabajo, pero la búsqueda valdrá la pena y contribuirá a preservar nuestra salud física. A continuación, mostraremos algunas de las cosas que hay que considerar para tener un buen zapato de trabajo:
1. La ocupación: el tipo de trabajo que se hace y las condiciones o entornos en los que se usan tiene mucho que ver con el tipo de calzado que hay que elegir. Por ejemplo, si se trabaja en un área donde los pies corren el riesgo de sufrir daños por maquinaria u objetos pesados, probablemente los zapatos con puntera de acero sean la mejor elección.
2. La comodidad: las exigencias del trabajo, en términos de estar de pie o caminar, serán un factor esencial en la elección de los zapatos que se deben comprar. Si se tiene que estar de pie durante muchas horas, como por ejemplo en trabajos de camarero y hostelería, será importante que los zapatos ayuden a mantener los pies y la espalda los más cómodos y sin estrés posible.
3. El apoyo que ofrecen: si no apoyan bien, los pies pueden lastimarse y originar un dolor de espalda. Un dolor de espalda y pies lesionados, a su vez, pueden resultar en un nivel reducido de concentración en el trabajo y por lo tanto, una mayor probabilidad de que ocurra un accidente.
4. El agarre que ofrecen: no querremos resbalarnos, tropezarnos o caernos, porque desafortunadamente, estas son las causas de muchos de los accidentes y lesiones que ocurren en el entorno laboral. Por ello, debemos considerar unos zapatos antideslizantes cuando creamos que en nuestro entorno laboral pueda haber superficies mojadas o resbaladizas.
Hay que intentar comprar los zapatos en un sitio especializado. El personal puede aconsejar sobre el tipo de calzado necesario para la actividad profesional que se tiene. Lo ideal es que se cumplan la mayoría de los siguientes requisitos:
1. Comprar los zapatos de trabajo al final del día. Esto ayudará a asegurar que los zapatos se ajustan a los pies mientras estén más grandes.
2. Probarse los zapatos con el mismo tipo de calcetín que se use para la actividad en cuestión.
3. Comprobar que pueden moverse todos los dedos de los pies dentro del zapato.
4. Los zapatos deben ser cómodos en la prueba. No hay que confiar en que "ahora me aprietan, pero darán de sí con el uso".
5. Caminar o correr algunos pasos para verificar que sean cómodos.
6. Asegurarse de que los zapatos se agarren al talón. El talón no debe resbalar con el movimiento.
7. Pensar tanto en el ancho como en el largo. Si se siente aplastada la parte anterior del pie, consultar por un tamaño más ancho.
8. Tocar el interior para verificar si hay etiquetas, costuras u otros materiales que pueda rozar el pie.
9. Examinar las suelas. ¿Son lo suficientemente resistentes para proteger contra objetos dañinos? ¿Son antideslizantes?
Si los zapatos están demasiado ajustados, demasiado sueltos o con un apoyo insuficiente, la actividad física puede generar tensión en los pies, los tobillos, la parte inferior de las piernas y otras articulaciones. Esta presión continua puede contribuir al dolor y a las lesiones.
Una mala elección del calzado laboral puede contribuir a lesiones comunes como dolor en las espinillas, dolor del tendón de Aquiles, callos y juanetes, uñas encarnadas o problemas de postura y dolor lumbar. Estas lesiones pueden afectar tanto a la salud como a la actividad laboral. La posibilidad de lesionarse puede aumentar si los zapatos no están diseñados para la actividad que se desarrolla o no son adecuados para nuestra masa corporal o la mecánica del pie.
Usar un zapato incorrecto puede aumentar problemas existentes, como dolor de rodillas, pies o tobillos o artritis en las caderas. Incluso una corta duración con el calzado inadecuado puede causar estrés y dolor en los huesos y articulaciones. Por ejemplo, al permanecer de pie durante largos períodos de tiempo como ocurre en trabajos como el del camarero y hostelería.
Los zapatos pueden tener un impacto significativo en la forma de caminar o andar. El movimiento de los pies durante cada paso afecta al resto del cuerpo. Los arcos de algunas personas se mueven demasiado hacia adentro o no lo suficiente, y cualquiera de los cuales puede afectar a la eficacia con la que los pies absorben los golpes. Esto puede contribuir a un estrés adicional en otras partes del cuerpo.
Algunas modalidades de zapatos, incluidos aquellos con tacones altos en el caso de la mujer, o planos como las chanclas, no son convenientes para actividades que requieren movimiento continuo o largos periodos de estar de pie.
Todos los zapatos se desgastan a medida que se van usando. Aunque todavía den sensación de comodidad y no muestren mucho desgaste exterior, es posible que no brinden el suficiente antideslizamiento o absorción de impactos.
Por ello, es importante cambiarlos para preservar las protecciones necesarias para realizar nuestra actividad laboral en el momento que notemos ciertos síntomas de desgaste. Según los estudios realizados, unos zapatos laborales perderán sus propiedades iniciales de protección y de ser antideslizantes cuando han sufrido un recorrido de 500 kilómetros.
Siguiendo todos los consejos anteriores, podremos elegir los mejores zapatos de trabajo en función de la actividad laboral que tengamos. Esto nos ayudará a realizar nuestra tarea profesional de la mejor forma posible, al mismo tiempo que no provocará daños en nuestro cuerpo.